Benjamin Tripier (*)
La solidaridad social ya es parte de nuestra nueva idiosincrasia, y no tengo dudas de que se reflejará como una salida hacia el desarrollo. Socioeconómicamente hablando, las clases socieconómicas(A,B,C, D y E) deberán caminar juntas hacia el desarrollo casi simultáneamente- si una de ellas se rezaga será como un lastre, que nos volverá a hundir.
Tenemos que desarrollar fórmulas que nos ayuden en la tarea. Impulsar figuras asociativas que incorporen con peso específico a toda la gente. Y sabemos que el Estado no tiene las espaldas financieras para ser el apoyo único de la fórmula, es necesario que sea el referente/regulador de la fórmula, pero no el financista/empresario.
Tal vez ponga sólo el capital semilla en aquellas áreas deprimidas o postergadas. Las cooperativas son una alternativa, pueden operar como una bisagra que mantenga las reglas del mercado. Son una figura privada con un componente social, que reconoce la igualdad de los trabajadores. Las cooperativas son empresas privadas, cooperativistas, que funcionan y coexisten exitosamente en las economías de mercado. Son el capital privado y el capital cooperativo trabajando juntos, cada quien en su espacio y con sus reglas, pero ambos apuntando al bien común y teniendo como objetivo al hombre.
La empresa cooperativa puede ser un referente para recuperar la ocupación y el empleo, pero debe haber un mercado que sea la fuente genuina de recursos para que la cooperativa funcione(ya sea de producción, servicios o consumo), y produzca dinero a sus miembros.
Y de eso se trata, de tener una economia sólida en la cual el flujo de riqueza alcance a la mayor cantidad de gente posible.
Puede ser la manera de desarrollar nuevas empresas (o recuperar algunas de las perdidas); deben romper el síndrome local de “pobrecitos” que necesitan ayuda.
Son emprendimiento empresarial como cualquier otro, con la ventaja de que todos los trabajadores son los dueños y actúan como tales, cuidando los gastos y haciendo lo mejor con la mayor motivación.
Deben ser gerenciadas en forma profesional evitando que la democracia interna (base fundamental de la cooperativa) se convierta en populismo interno.
Sin importar cual sea la figura, o si hay un esfuerzo privado o cooperativo, lo esencial es que haya visión de negocio y capacidad gerencial .
(*) Economista.
Socio Ejecutivo de la firma de consultores gerenciales
Nueva Tecnología de Negocios (NTN)
E-mail: btripier@ntn-consultores.com
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