El 30A arrancó un nuevo juego en la vida política de Venezuela, resultante del aprendizaje, tardío pero real, por parte tanto de EEUU (y del resto de los países que lo apoyan), como de las fuerzas internas, chavismo y oposición; de que las premisas iniciales ya no son válidas y hay que cambiarlas. Si bien desde afuera tienen la vista del bosque, en nuestro, caso la definición pareciera estar en manos de los arboles. Los que conocemos de adentro el tema sabemos que, si bien modelos como el que tenemos solo nos está dando hambre y destrucción, también sabemos que la vocación y voluntad de poder del chavismo, sustentada en una base ideológica que se apoya en la pobreza, hace que los cambios necesarios, no vayan a ser ni rápidos ni fáciles.
Por otra parte, los cambios de viento en la región, moviéndose desde la destrucción patrimonial hacia la posibilidad de la recuperación y reconstrucción, son indetenibles y sin duda nos arrastrarán para poder, nosotros también, iniciar una nueva etapa de prosperidad y bienestar. El modelo actual ya no es sostenible y va a cambiar, pues hasta dentro del chavismo, quieren vivir mejor. Pero eso no quiere decir que vaya a desaparecer, pues pareciera cada vez más, que sin chavismo no hay solución de continuidad. Es una cuestión de tiempo y deterioro.
A partir de ese día, todos los actores comenzaron a revisar sus estrategias, y apareció un nuevo actor (inesperado, por cierto) que es Noruega:
- En mi perspectiva, es prematura la entrada de Noruega como actor, pues ninguna de las dos partes aun está genuinamente consciente de que la negociación es una posibilidad. Y esto es así porque aun el conflicto no está maduro, ni ha llegado, ni en tiempo, ni en intensidad, a cumplir los estándares básicos de daño y de destrucción que hacen que un actor de ese calibre, entre en escena. La negociación nunca es para evitar el conflicto, sino para detener la destrucción sangrienta o administrar los escombros. Y aquí y ahora, las dos partes aun creen que le pueden ganar a la otra. De hecho, llegaron a Oslo cada uno con sus restricciones y rigideces…y ninguna de las flexibilidades posibles…difícil arrancar así. No obstante, todas las iniciativas pacíficas tienen su mérito, ya sea que el momento sea el oportuno, o que aun no lo sea. Las negociaciones entre el gobierno de Colombia y las Farc duraron cuatro años: ¿podremos nosotros esperar un tiempo así?
- En cuanto a los EEUU, ese día, todos comenzaron a tomar en serio al chavismo, y tomaron conciencia de que por alguna razón (evidentemente aun no considerada por ellos) tenían 20 años en el poder, y que la inercia los estaba llevando a 20 años más. Están claros que las sanciones (ablandamiento) deben continuar, y que tienen que revisar alternativas y ajustar la manera de aproximarse al tema de Venezuela. Por ejemplo, si seguirán considerando a la FANB o se dirigirán a militares por separado, o simplemente no los considerarán en esta nueva etapa. Están en eso, y pronto veremos en acción las nuevas propuestas que, al igual que las anteriores, no sabemos cuáles son, ni en qué consisten.
- La oposición, por su parte, si bien desde entonces ha recuperado a dos presos políticos icónicos para el chavismo (Leopoldo y Simonoviz), se encontró con que el resto de la dirigencia, que había estado silenciada por el aura magnética de Guaidó, comenzaba a salirse del hechizo, y, masivamente acudir a los medios de difusión, a plantear sus propios puntos de vista, recordando a las etapas más flojas de la MUD. Hoy, si bien “la lucha sigue”, y la gran masa opositora está intacta y atenta a las convocatorias de Guaidó; a nivel de los jefes, el tema ya cambió y aun está por verse cómo se refleja. Históricamente, cada vez que la oposición estuvo unida, le fue bien, y cuando no, el chavismo tomó ventaja.
- El chavismo, por su parte, fue quien ese día recibió el golpe más fuerte, pues quedaron al descubierto las vulnerabilidades que la férrea disciplina y el miedo, habían mantenido ocultas, hasta de sus propios dirigentes. La purga interna que fue la reacción defensiva, para volver a poner orden en sus filas, civiles y militares, no está tan claro que haya sido suficiente para lograrlo, más que nada, por el deterioro acelerado e indetenible, de la calidad de vida de la gente…de toda la gente, incluyendo a los chavistas. La reacción ofensiva, por otra parte, consistió en el encarcelamiento y persecución de algunos dirigentes opositores selectos, así como en rescatar el viejo planteamiento de adelantar para este año las elecciones a la AN, cuyo plazo legal vence realmente los primeros días del 2021. Esa elección volvería a sacar a la superficie las diferencias internas de la oposición, entre aquellos que estarían dispuestos a participar y aquellos que no. Es una muestra más de que las legalidades paralelas iniciadas en 2017 con la ANC, y que dieron lugar al caso único de “los dos gobiernos” coexistiendo, están vigentes, y aun darán mucho de que hablar…y hacer.
Social
Lo social no cambió el 30A ni está en un nuevo juego. Tristemente está en el mismo de antes, deteriorándose, como testigo asombrado de que el país se va derrumbando, y nadie ni nada parece ser capaz de detenerlo. Si bien lo social es lo que menos “suena” mediáticamente, sin embargo es lo que está destruyendo los cimientos del poder. Y tal vez el tema de nuevas etapas y nuevos juegos, terminen siendo variaciones de adaptación para seguir ignorando lo que pasa con la gente. Desde allí puede venir el impulso de cambio y transformación.
La gratuidad del metro, mas la casi gratuidad de la gasolina, son indicadores para la sociedad, toda la sociedad, de que pronto se quedarán sin metro y sin gasolina, así como se fue quedando sin electricidad, y con una telefonía celular cada vez más limitada. Más allá de la realidad que los golpea, está el manejo mediático y comunicacional, que sigue, cada vez con menos éxito, resignificando una realidad catastrófica y convirtiéndola en algo natural que les pasa a las revoluciones exitosas. Esa brecha, entre la realidad verdadera y la realidad mediática, puede notarse en la aceptación cada vez más baja del gobierno; y curiosamente, mientras el gobierno decrece a una cierta velocidad, el chavismo lo hace a una tasa menor.
En definitiva el humor social estará condicionado por la verdad real que sufre, más la verdad aparente que les muestran, más la verdad oficial orientada a negar o desaparecer todo lo anterior.
Las guerras epistemológicas, son “solo-mata-gente”, pues, al no haber daños materiales, se concentran en trabajar las mentes y crear realidades virtuales. La mentira y la negación, son dos armas que al aplicarlas sucesivamente sobre un mismo objetivo lo distorsionan y generan dudas y frustración…y en eso consiste el éxito de estas técnicas: La mentira, de la mentira, la negación de la negación, la mentira de la negación y la negación de la mentira. Y al final de eso, nadie sabe que es qué.
Política
Esta etapa política que estamos viviendo, no se parece en nada a las del pasado, cercano y lejano. Nunca había habido tanto deterioro interno (económico, político y social), ni habían actuado tan directa e intensamente, y con tanto compromiso, los EEUU. La cualidad de que más que un cambio de gobierno, se requiere un cambio de modelo, y el hecho de que cada una de las partes enfrentadas, tenga su propia legalidad y hasta su propio “gobierno” coexistiendo, le dan una particularidad que la hace de final incierto.
Las fuerzas en conflicto están apostando cada vez más fuerte, y llegando a límites cuyo factor de ajuste, siempre será un político venezolano, y no uno extranjero. El beneficio o el castigo histórico siempre terminarán en la cabeza de un político local. En ese sentido, a medida que pasa el tiempo, y al ritmo que vamos, ninguno de los actores actuales podría ser parte del futuro; los meses siguientes serán una máquina de “moler” dirigentes por el tipo de actitud, ofensivas y defensivas, que se verán obligados a adoptar.
En cuanto la visita a Noruega, cabe preguntarse si, dadas las condiciones de la invitación, y del perfil de ese gobierno que no reconoció a Guaidó, no estaremos repitiendo la experiencia de República Dominicana, que representó para la oposición el fin de la unidad en esa oportunidad. Aun no está clara la profundidad del daño que, de cara adentro, le habrá hecho a la unidad esta visita.
En algún momento, en los siguientes dos o tres años, deberemos ir a elecciones, y las estructuras de gobierno, regionales y locales, tendrán influencia en los resultados, y allí será importante el trabajo de base que vaya haciendo la oposición, pues el chavismo ya está en eso. Futuros jugadores como H. Rodríguez o R. Lacava, deberán enfrentar a las figuras de la oposición que se presenten. Y allí, los resultados no están tan claros. Seguir pensando en el “todo o nada” no es realista, y termina alejando la solución.
Económico
En lo económico, los cambios son más evidentes, pues estamos entrando en un proceso de liberalización forzada por las sanciones, que si se asume con realismo y buena fe por los actores involucrados (BCV, Banca, empresas y órganos de control), podría llevarnos a que la transición económica arranque mucho antes que la política. Si todos tenemos lecturas similares, y entendemos los nuevos roles que nos tocan, entonces, este puede ser un momento de oportunidad hacia un futuro mejor.
La posibilidad de colocar los precios unilateralmente podrá ser una ventaja transitoria para el especulador, pero en el camino, se encontrará con el verdadero empresario, que no abusará de su posición de dominio relativo, y buscará la manera de que sus productos, bienes y servicios, lleguen a sus públicos, ya sea vía políticas comerciales de promociones y envasados más pequeños, ya sea vía los precios y descuentos. Lo que he llamado la “cooperación competitiva” que es una estrategia de optimización de recursos, buscando sinergias, aguas arriba, aguas abajo, y laterales, con competidores. El haber permitido el gobierno que el proceso de formación del precio del dólar lo haga el mercado, es un indicativo de que podría trasladarse ese proceso hacia la economía real, pudiendo crearse una especie de burbuja de competitividad relativa, que nos lleve a una transición económica que pudiera ocurrir mientras en paralelo se avanza en la transición política.
Otro tema es el de la desinversión que pudiera hacer el Estado de su participación en empresas que o bien al tener problemas de gerencia debieran regresar al sector privado, o bien aquellas que por efecto de las sanciones, deban mantenerse alejadas del sector público. Cualquiera sea la razón lo importante sería que se abandone el rol de estado empresario, que mas allá de la teoría que dice que el estado no debe incursionar en esos campos, está la práctica que nos muestra que absolutamente ninguna funciona bien…cuando funciona.
Es deseable que estos pasos, algunos reales y otros esperados, no sean un movimiento táctico, sino que realmente sean un cambio en el rumbo económico.
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