Se dice que una empresa está en normalidad cuando con la organización existente puede manejar con fluidez su ciclo de negocios, tanto en sus componentes internos (fortalezas y debilidades), como en los externos (oportunidades y amenazas).
Cuando las situaciones que se presentan se convierten en excepciones permanentes, y con la organización existente se dificulta manejar el ciclo de negocios, se debe comprender que o bien se está en una turbulencia o crisis, o bien que ha llegado el tiempo de una nueva normalidad. Se dice que una empresa está en normalidad cuando con la organización existente puede manejar con fluidez su ciclo de negocios, tanto en sus componentes internos (fortalezas y debilidades), como en los externos (oportunidades y amenazas).
Cuando las situaciones que se presentan se convierten en excepciones permanentes, y con la organización existente se dificulta manejar el ciclo de negocios, se debe comprender que o bien se está en una turbulencia o crisis, o bien que ha llegado el tiempo de una nueva normalidad. Hay tres momentos que deben considerarse y de su interpretación dependerá el futuro de la empresa o institución, pública o privada:• la normalidad anterior • la crisis o turbulencia• la nueva normalidad
El tema medular es el entendimiento de lo que se llama “punto de inflexión estratégico”; esto es, cuándo hay que comenzar a cambiar el rumbo sin perder de vista la visión y sin renunciar a los valores y los principios. La diferencia entre turbulencia y crisis está en la profundidad de los estímulos que se reciben del entorno. En las crisis cambian las reglas de juego, mientras que en turbulencia, en general, se mantienen. De la turbulencia se puede pasar a una normalidad más o menos parecida a la anterior, mientras que de las crisis necesariamente se pasa a una nueva normalidad, casi siempre muy diferente a la anterior. La turbulencia también puede convertirse en crisis.
Las características gerenciales y operativas de una organización en normalidad, serán clave en la manera de enfrentar la situación. Las empresas que le dan prioridad a la creatividad y flexibilidad de sus procesos, son las más capacitadas para maniobrar en excepción. El detonante que origina la transición hacia una nueva normalidad suele provenir de las condiciones del entorno, ya sean de competitividad, políticas, ambientales o sociales.
Los pocos casos de crisis originadas desde lo interno tienen que ver con mismanagement, algo que no se previó en el ciclo del negocio … es un daño de alguna manera auto infligido.Entonces, el fin de la normalidad anterior estará dado por la alta frecuencia de manejos de excepción. En ese punto debe comenzar una gerencia con un perfil de organización más liviano, y con alta focalización en aquellos aspectos que los sacaron de la normalidad.
El perfil del líder debe cambiar hacia el “piloto de tormenta”, que le permita a la organización ganar en flexibilidad y capacidad de maniobra para anticiparse a las situaciones que se van presentando, y poder enrumbarse hacia una nueva fluidez en el ciclo del negocio donde se minimicen los niveles de riesgo.
No hay que perder de vista que en excepción se tomarán decisiones que no se tomarían en normalidad, pero son las requeridas para asegurar la sobrevivencia de la empresa y las que permiten llegar a una nueva normalidad Desde hace un tiempo en Venezuela estamos en un proceso de cambios profundos y no todas las empresas parecen haberlo asimilado, por lo que invierten su tiempo y energía tratando de manejar excepciones con la organización normal, corriendo los riesgos correspondientes y sin generar nuevas ideas.
Si bien estamos claros que hay que defenderse de las amenazas, también hay que aprovechar las oportunidades. Y eso solo será posible con un cambio en la mentalidad de la gerencia, y en la concientización del liderazgo excepcional y sustentable requerido en estos tiempos.
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