Si hubiera que hacer un balance de fuerzas versus resultados, de esta pulseada, podríamos decir que fronteras adentro se impuso la estrategia chavista de plaza Altamira, manteniéndolos aun en el poder, mientras la oposición se desgasta; y fronteras afuera, se impuso la oposición con el apoyo de sus aliados, que son muchos, fuertes y relevantes. Se ha ido creando un nuevo escenario inercial, que solo podrá ser interrumpido por algún evento disruptivo que por sus características no podemos anticipar, pero que al menos sabemos que deberá ser mucho más fuerte que los anteriores, que no fueron capaces de modificar la realidad interna, que sigue, absolutamente, en manos del chavismo.
Según este escenario, el gobierno no aceptará medirse en elecciones presidenciales fuera del calendario que ellos manejan, que podría incluir el revocatorio de 2022, y que contempla las presidenciales de 2025. Y si a eso se suman el tweet de Bolton hablando de los dos años, y la paciencia estratégica del comando sur, entonces, tenemos por delante, al menos, dos años más de mucho conflicto interno, muchas sanciones, calidad de vida cayendo en picada, y si tuviéramos que tomar en serio las amenazas que se hacen de lado y lado, también estaría cargado de violencia, del tipo de terrorismo urbano y de represión muy fuerte.
La lectura de la política, en esta semana que pasó, nos lleva a que cada una de las partes sigue aferrada a su propia legalidad, las cuales son mutuamente excluyentes. Si un tema como cuáles son las reglas que nos rigen, no se aclara antes de cualquier reunión, entonces, podrá haber la cantidad de diálogos y negociaciones que quieran, pero nunca lograrán pasar de sentarse y reconfirmar lo que ya sabían de antemano: si no hay unas premisas de renunciamientos históricos y patrióticos, seguiremos con el juego trancado en este escenario de “empate catastrófico” o Siria light.
Para ejemplificar lo anterior, imaginen que ambas partes juegan en un mismo tablero de ajedrez, y que cada jugador decidiera, unilateralmente, como se moverá cada pieza, y hasta podrá incorporar piezas nuevas sin que el otro se entere, hasta que ya estén operando. Y así no se puede pensar en avanzar hacia un futuro mejor. Esta semana les decía que en la balanza del poder el plato con más peso lo tiene el chavismo, entre otras razones, porque tiene unas fuerzas armadas y de seguridad de su lado, mientras que el otro plato no las tiene. Para que haya alguna oportunidad de negociar antes de que aquí se produzca un colapso, ambos platos deberían contar con pesos equivalentes, y cada una de las partes debería necesitar, genuinamente, algo que la otra parte pueda darle. Hoy eso no es así, pues la oposición no tiene nada que el gobierno quiera. Cuando eso cambie, seguramente las mesas y los puentes que tímidamente se van tendiendo desde ahora, recién tendrán una utilidad práctica.
Cuando desde el gobierno se habla de adelantar para este año las elecciones parlamentarias, lo está haciendo bajo la premisa de que la convocatoria sería desde la omnipotente ANC; pues si se siguieran las reglas normales, debería esperarse al menos estar en el 2020 para convocarla, y al 5 de enero de 2021 para que tomen posesión, creando más confusión y anarquía, ya no solo entre los dirigentes y funcionarios, sino también entre la gente común que cada vez entiende menos. Esto, una vez más, nos muestra que la verdadera grieta está entre las dos legalidades paralelas que llevan a una polarización de elites, mientras que las bases, el pueblo verdadero, todos nosotros, estamos más preocupados por la supervivencia, que por elecciones y juegos de poder. Resumiendo, las tres grandes grietas en la Venezuela de hoy, son:
- Entre la dirigencia de ambas partes y las bases populares
- Entre los dirigentes de oposición y los chavistas, y
- Entre las dos legalidades paralelas que tenemos que observar atónitos todos los días
Si se diera alguna salida militar, interna o externa, esta no solo no solucionaría los problemas, sino que crearía otros nuevos para los que no tenemos herramientas conocidas para enfrentar. Y esa seria justamente, la salida no deseable. Entonces, la otra salida es la de la “paciencia estratégica”, que no será ni pronto, ni fácil.
Social
El informe Bachelet resultó impactante, más que nada porque no había grandes expectativas en su imparcialidad, por el conocido apoyo que en sus dos mandatos presidenciales le dio al chavismo, y por aquello del sentido de pertenencia a una izquierda que no perdona las medias tintas. Le debe haber costado firmarlo.
Cada uno de los apartes fue contundente y no dejó lugar a dudas sobre la responsabilidad del gobierno, el cual salió a rebatirlo como para dejar constancia; aunque no le cabe duda a ningún observador, y menos si vive aquí, que indicadores como la huida masiva de gente, los muertos en los hospitales, la falta de alimentos, mas los presos y las torturas, revelan que las cosas no están bien y que deben cambiar. Desde el punto de vista del sufrimiento de la sociedad, uno se pregunta hasta dónde llegará el precio que la revolución está dispuesta a pagar, para retener el poder.
Política
El discurso del presidente en los actos del 5 de julio de “todos tenemos que ceder”, debería arrancar en primera persona con un “yo tengo que ceder”, porque la responsabilidad primaria para iniciar un cambio, debe originarse desde el poder gobernante. Haciendo una lectura política del informe Bachelet, sería sensato hacer ajustes en el sentido de dirección de la revolución, porque hasta los países “amigos” se van a cuestionar su apoyo si no se toman medidas serias y creíbles que justifiquen el que lo mantengan, sin recibir un contagio tóxico en caso de que las cosas no cambien.
Si se decidieran a cambiar, habría que ver si cuentan con la gobernabilidad suficiente como para erradicar ciertas prácticas, que ya tienen vida propia y están en espacios cuasi feudales, asociados a dirigentes que, con o sin cargo, ya tienen su propia cuota/espacios de poder. Los enroques sucesivos de funcionarios a lo largo de los años, muestran una voluntad de seguir sosteniendo y profundizando la revolución. Y cualquier otra cosa, debería ser considerada como un movimiento táctico.
El tema militar paso a otro nivel pues ya la oposición y sus aliados perdieron la esperanza de contar con ellos para producir un cambio. Tal vez por eso, bajó la presión y ya pasamos el 5 de julio con el alto mando sin cambios y sin novedades. El peligro de esta situación, es que el lado opositor de la balanza, que está desarmado y no cuenta con apoyo militar, se vea en la situación de tener que procurarse una fuerza propia, que, tal como se dijo en el pasado, podría ser la reunión de todos los militares disidentes, del pasado, del presente y del futuro…mas algunas fuentes no tradicionales.
La estrategia del doble gobierno podría extenderse a que tengamos una AN paralela (esta vez chavista) si convocan elecciones anticipadas y no reconocidas; y también a unas fuerzas armadas paralelas, si se continúa con el desbalance. En la pelea de David contra Goliath, la gente apoyó a David desde el principio, y fue una sorpresa disruptiva, que ganara. Bueno, de eso se trata…
Económico
Los rumores de cambios en el gabinete económico le adicionan incertidumbre a la ya frágil estrategia de flexibilidad en los mercados cambiario y de la economía transaccional. Estos cambios, en el pasado (Rafael Ramírez, Pérez Abad y Vielma Mora), preanunciaron retrocesos, y vuelta al chavismo tradicional de controlar todo lo que tenga que ver con la economía. Lo único diferente que podría haber ahora, es que el estado ya no tiene la capacidad de financiar ese retroceso, pues entre las sanciones y la disminución de los ingresos, nuestra situación se volvería tan crítica, que los precios que hoy nos parecen altos en los supermercados, pasarían a ser el piso de un rebrote inflacionario de características insospechadas.
Lo razonable sería que si en realidad se producen esos cambios (ya llevamos 4 meses desde que los ministros pusieron sus cargos a la orden), estos vengan a profundizar la estrategia de mercado, que se elimine el control de cambios, unificando así el oficial y el paralelo, que se le transfiera el Clap al sector privado, para que lo administre como un clap virtual en el carnet de la patria, y que separe el sistema de precios, del de subsidios, como dos dimensiones que nunca se toquen.
Los cambios profundos que hacen falta en nuestra economía, solo se lograrán con un respaldo político, que aun estamos muy lejos de conseguir. No obstante, temas como comenzar a soñar con el sistema eléctrico del futuro, pueden ir realizándose en paralelo, e ir buscando los acuerdos políticos en todo aquello que lo requiera.
Latest posts by Benjamín Tripier (see all)
- La naturaleza del alacrán - 20/08/2019
- Hay que parar esta locura!!! - 12/08/2019
- Reseteo y reinicio - 05/08/2019