Cuando Nicolás Maduro se refiere a “las oposiciones”, lo hace con la clara intencionalidad de incorporar a la escena, al grupo de políticos opositores que se están reuniendo con el gobierno desde hace un tiempo y que son, básicamente, aquellos que se presentaron en las elecciones presidenciales del 20M del año pasado. Es un poco la continuidad de la propuesta de “nacionalizar” la mesa de negociación, o de tener una mesa que ponga en entredicho la representatividad de los que acuden a Barbados. Por ejemplo, si uno de los puntos que lleva el chavismo a la mesa, es adelantar para este año las elecciones parlamentarias, la oposición, no estará de acuerdo con hacerlo fuera de tiempo, mientras que la “mesa nacional”, no solo lo apoya, sino que ya tiene hasta los candidatos a diputado que presentará.
Cuando el 23E Guaidó estrenó el concepto de los “dos gobiernos”, estaba claro que era el inicio de una estrategia que se evidenció posteriormente con el TSJ, la fiscalía y las embajadas paralelas, y que continuará, con diferentes instituciones que se “paralelizarán”, procuraduría, órganos de control, banca central, y hasta una fuerza armada paralela. Como era de esperarse, el chavismo se plegó a esta estrategia, y está armando su mesa paralela, y también tendrá, a este paso, su AN paralela.
A los efectos formales y de cara al exterior, el chavismo reconoce a Juan Guaidó como el líder representativo de la oposición venezolana, y de alguna manera, hace que indirectamente los reconozcan a ellos, como el gobierno en funciones en Venezuela. Cabe mencionar que en esa mesa, tristemente, el chavismo representa también, a una parte de la dirigencia opositora, aquella que no tiene seguidores, pero que tiene relaciones; de allí la palabra de Maduro: “oposiciones”.
La mesa de Barbados es un ámbito multipropósito, que pareciera que llegó para quedarse, como si fuera o bien una cámara de descompresión, o bien como un fusible, y, porque no, una válvula check, que pudiera impedir que, llegado el caso, las cosas se salgan de control dentro del país. Es un nuevo actor institucional con una clara orientación futura a la resolución de conflictos. Debería crearse una página web y un mecanismo interactivo para que la gente, de lado y lado, pueda transmitirle inquietudes, sugerencias o denuncias.
La participación de un “regulador de la mesa”, en este caso el gobierno de Noruega, hace que los temas que se lleven sean relevantes y tengan el perfil de objetividad de aquellos llamados “incuestionables”, así alguna de las partes pudiera ponerlo en entredicho. El caso del informe Bachelet, es para la mesa, por su procedencia, como si estuviera grabado en piedra, así el chavismo lo rechace. El otro tema, no cubierto por el mencionado informe y que no está grabado en piedra, es el de si las sanciones son responsables o no de la crisis interna, o si esta hubiera ocurrido de todos modos aun sin ellas.
El hecho de que Barbados parezca que será para siempre, no exime de que, especialmente el gobierno, la ataque cuando lo crea necesario, y rompa los protocolos, cuando así lo decida. La cadena diaria es uno de los grandes riesgos de que se revelen cosas que deberían ser mantenidas en reserva, pues la necesidad de informar y mostrar control, se hace con palabras, las cuales a veces se salen de control.
Barbados es el puente que era necesario tener para cuando las cosas se compliquen y realmente haya algo para negociar, lo cual no parece ser el caso en nuestra situación actual.
Social
El caso de los niños que requieren trasplante de médula ósea es crítico pues hay varios de ellos en situación de riesgo inminente de perder la vida. Propongo a los lectores de este informe la constitución de un fondo-fideicomiso privado que permita atender, ante la dramática ausencia del estado, necesidades en bolívares (no está la excusa de las sanciones), para por lo menos cubrir aquellas operaciones que pueden hacerse en el país. Hay una necesidad inmediata de 450 millones de bolívares, para Keyler Herrera, un niño muy inteligente de 11 años de mirada vivaz, que debe solucionar su situación dentro del siguiente mes calendario, a riesgo de perder su vida. Escríbanme a mi correo para que ayudemos en este caso que llegó a mi conocimiento. Hay muchos otros, pero este, es este.
La conflictividad social que viene podría ser desbordante, por lo que es oportuna la aparición de Barbados como un factor de contención social y política, que pudiera establecer unas bandas de “conflictividad aceptable”, fuera de las cuales cada quien deberá comprometerse a controlar a su lado del conflicto.
La que se conoce como la derecha radical venezolana, hasta ahora ha tenido como única arma el micrófono, pero eso puede cambiar, pues cada vez más gente (alrededor del 40% del país) quiere una salida de fuerza, y los únicos que podrían ofrecer esa alternativa serían este tipo de organizaciones, desde las cuales podrían alentarse los cambios por la fuerza. El hecho de que hasta ahora no se hayan manifestado, no significa que no lo vayan a hacer en el futuro. La gente está muy mal y en algún momento se va a cansar de tanta pasividad y aguante.
Política
Las divisiones en la dirigencia opositora son evidentes, mas no en las bases que siguen alineadas detrás de Guaidó. Está la dirigencia que lo sigue y se alinea con él, la que lo sigue pese a no estar alineada, la que lo ataca veladamente cada vez que puede, y la que lo rechaza abiertamente. Una de las fallas genéticas de las alianzas opositoras es una mezcla de impaciencia y envidia, con “contar los pollos antes de tiempo”, lo cual lleva a que haya cursos erráticos en la estrategia, y que terminen abortándola y que haya, cada vez, que comenzar de nuevo, con el consiguiente oxígeno para el chavismo, que, ya habiendo aprendido, solo se sienta a esperar a que ocurra.
Lo razonable para la dirigencia opositora sería, al menos, no rechazar a Guaidó y lo que él significa tanto para las bases internas, como para la comunidad internacional, y permitir que la estrategia que están desplegando funcione, así tenga altos y bajos, avances y retrocesos, pues es la única estrategia que hay, que tiene alguna posibilidad de éxito.
La oposición nunca había llegado tan lejos en retomar espacios de poder, como la ha hecho este año. En este momento, Guaidó es lo único que hay…hacer algo distinto a darle su apoyo, es hacerle daño a la oposición y favorecer al gobierno, sin obtener nada a cambio…tal vez para algunos, personalmente si haya un beneficio, pero para el país, ninguno.
Veo una etapa “guaidosiana” de una transición de un par de años, durante los cuales el resto de la dirigencia debería volver a sus bases tratando de rearmar sus estructuras internas y recomponer la maquinaria electoral, al menos al estatus que tenía en diciembre del 2015. Luego vendría la etapa competitiva donde los partidos presenten candidatos para una elección presidencial, la cual podría ser el resultado del referéndum revocatorio cuando corresponda. Si cuando llegue ese momento (dos años se pasan muy rápido) la oposición no hizo el trabajo de base, hay una gran posibilidad de que pueda perder hasta lo que parece hoy imperdible, que es una elección presidencial. Las elecciones se ganan en las mesas y no en las encuestas.
Económico
La inversión extranjera que desesperadamente necesitamos, requiere, entre otras cosas, de confianza, de reglas claras y de un compromiso político. Ninguno de esos tres atributos se cumple, y eso queda demostrado en el nuevo impuesto a los grandes patrimonios y en las tasas, tiempos y requisitos para constituir una empresa. En conjunto, dan un mensaje neto desde el gobierno que es: no queremos ni inversiones, ni empresas nuevas. Y así, no se puede. Esto tiene que cambiar.
Una de las características, visibles aunque no escritas, de esta etapa de flexibilidad que permitió comenzar a frenar la inflación y rellenar los anaqueles, fue que la actuación de los entes de control iba a concentrarse solo en casos donde la seguridad alimentaria y sanitaria estuviera en riesgo. Sancionar a una empresa de cable, con inversiones atrasadas, que pueda poner en riesgo la continuidad de la operación, para un servicio vital para la clase media y media baja venezolana, no parece alineado a la percepción de que la transición económica comenzó ya, con Maduro en el gobierno, que personalmente yo, creí que estaba en marcha, y que a la luz del impuesto al patrimonio, del tema Saren y ahora con la SUNDDE, estoy poniendo en duda de que vayamos por buen camino.
Insisto en que hace falta un órgano ejecutivo del más alto nivel y que sea supra ministerial, que tenga como único objetivo definir estrategias económicas y monitorear ejecutiva y proactivamente, el desempeño de las diferentes variables y actores relevantes. Las marchas y contramarchas, la corrupción y la incompetencia, podían pasar desapercibidas en las épocas de las vacas gordas; pero ahora, con las vacas flacas, es imperdonable que se produzcan estos hechos de descoordinación dañina para el país.
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