La semana fue dominada por una especie de auditoría sobre el tema DDHH. En una auditoría hay dos momentos, uno cuando salen a la superficie todos los problemas por el mero hecho de la investigación y el disclosure, y el segundo, que aun no ha llegado, que es el de la evaluación, análisis e informe, con hallazgos y recomendaciones. El primer momento, fue el de escuchar a los familiares y constatar lo que se ya se presume en cuanto al tema de salud, torturas y el poder omnimodo del estado, sin mecanismos de equilibrio y compensación de ese poder.
Mis inicios profesionales, hace ya dos millones de años, fue como auditor de sistemas; estoy familiarizado con el mecanismo. Ya en la etapa del levantamiento de información y documentación de hallazgos hay algo que se llama quick fixes, que no es otra cosa que la identificación de situaciones graves y gravísimas, que deben ser informadas y hasta solucionadas, antes del informe; y a veces antes de abandonar el campo. Lo que uno a veces encontraba es que por más que la gerencia quisiera solucionar ciertas fallas, su falta de gobernabilidad lo hacía imposible de lograr. Nuestro caso en Venezuela es que el poder se ha ido compartimentando y ya es difícil que un solo funcionario, por mas presidente que sea, tenga la capacidad, por sí solo, de solucionarlo. En este sentido, la secuencia de reuniones de Bachelet nos muestra una primera aproximación al mapa del poder, ANC (Cabello), FANB (Padrino López), seguridad (Reverol), partido (Isturiz y Menedez), fiscalía (Saab) y ejecutivo (Maduro/Flores/Delcy). El tema es, en qué medida, aguas abajo, podrán/querrán implementar las recomendaciones, algunas de las cuales son críticas, pues se trata de personas, con nombre y apellido que están siendo víctimas de situaciones que en normalidad no deberían ocurrir (p. ej. colgar a alguien de los pies y torturarlo, no es normal).
La sola lectura de las declaraciones de familiares, parte el corazón, y deja una sensación de nausea que hace difícil darle importancia a algo más. Uno diría, primero soluciona esto YA, y luego hablemos de política, no antes, no condicionado. En nuestro siglo XXI latinoamericano, este tipo de cosas ya no son aceptables.
Cuando llegue el momento del informe, en un par de semanas, veremos cuanto de objetividad y cuanto de apoyo a la izquierda contiene. Pero más allá de su contenido, creo que la sola divulgación de las denuncias debería ser suficiente para darle un giro a la situación y tratar de retomar la sindéresis, porque esto así, se sigue saliendo de control!
Diga lo que diga el informe, creo que esta visita, debe marcar un antes y un después, para nuestra vida dentro del país. La revolución debe dar un vuelco, y la oposición también. Si bien ambos son parte de este entramado, no hay que olvidar que quien tiene el poder, también tiene la responsabilidad, y es quien debe comenzar a corregir; así le cueste perder el gobierno, porque gobernar para hacernos pasar la tragedia de vida diaria que tiene el venezolano promedio, no tiene sentido.
Se está pagando un precio muy alto para sostener una revolución que ya no es viable; por lo menos no en las condiciones que está planteada. Cuando no había alternativas, yo puedo entender que luchara por mantenerse; pero hoy, cuando cualquier alternativa es percibida como mejor, creo que ha llegado el momento de pensar en entregar. Como dice la gente en la calle: “esto no puede seguir así”, “algo tiene que cambiar”.
El rol de EEUU en nuestra realidad es definitorio, pues ya ha mostrado que los contrapesos de Rusia y China no son suficientes para afectar su política con respecto a Venezuela. Están comprometidos con Guaidó y con la salida de Maduro; y han mostrado consistencia en cuanto a las sanciones como estrategia de “ablandamiento” aunque no de definición. Lo de la definición lo veían a partir de un golpe militar o una fractura de la FANB.
El 30A, fecha relevante, se dieron cuenta de que la FANB es chavista, en serio, y no solo declarativa. Por lo que el planteamiento de la nueva estrategia (que aun no conocemos) seguramente tendrá en cuenta esa variable y asusta un poco imaginar que es lo que harán. A estas alturas, y sin perder sus objetivos, creo que una acción razonable sería enviar un emisario secreto y confiable (que no manipule el mensaje ni la respuesta) para que se reúna con Maduro, porque en definitiva, cualquier resultado pasará por estas dos personas: Trump y Maduro.
Social
La semana pasada Angelina Jolie y esta semana Bachelet. Es increíble que tenga que venir gente de afuera para decirnos formalmente lo que ya todos sabemos. No nos hacen falta más diagnósticos, ni evidencias; la gente “huye” del país por alguna razón, y es responsabilidad del estado solucionarlo. Y si no puede hacerlo, permitir que alguien más lo haga.
La diferencia entre Caracas, sujeto de la visita de Bachelet, y el resto del país, es abismal, por no mencionar la frontera con Colombia que es casi zona de guerra. Lo que pasa en el interior es dantesco, no solo en cuanto al perfil de problemas que ya identificó, sino a los que no tuvo acceso, como la falta de luz y gasolina por períodos muy largos, y todo lo que se desprende de allí.
La protesta, como válvula de descompresión social, está muy limitada por los mecanismos de infiltración y control que ha desplegado el gobierno; lo que hace pensar que hay una cierta presión que se está acumulando y que podría rebasar los controles y explotar. Ese es un ángulo que solo se descomprimirá con mejor calidad de vida.
El apoyo popular a una solución militar, nacional o extranjera, aumenta en la misma proporción que lka calidad de vida se deteriora. La genta, a todos los niveles, está cansada de que no pase nada. Ya no les importa si este cae, y sube aquel, si entra este o sale el otro; lo que quieren es que comencemos a mejorar porque, como dicen, “a esto no lo aguanta nadie”. Y el gobierno debería estar atento a estas señales, pues al provenir de las bases (bottom up) se harán imposibles de controlar por parte de sus líderes, especialmente si los de bajo son soldados, y los de arriba son comandantes. Estamos en una situación muy peligrosa y el liderazgo está jugado en los límites.
Política
Es impresionante el ataque del chavismo y de algunos dirigentes opositores, contra Juan Guaidó y la esperanza que él representa. Y lo más triste del tema, es que ninguno está ofreciendo algo mejor. Tal vez sería el momento de que el chavismo reconozca, que así la mande a la dimensión “detrás del espejo”, la oposición no va a desaparecer, ni va a ser derrotada. Si lograra, una vez más dividirla, solo postergaría una situación que regresará a la vuelta de un año, fortalecida y más virulenta. Claro que alguien podría decir que eso le daría tiempo al gobierno para sostenerse en el poder.
Creo que ya todos nos cansamos de este juego; de repetir lo mismo año tras año. Esta vez, este 2019, todo hace pensar que es un punto de inflexión y que se tomará un rumbo diferente a lo visto en estos últimos años. Y la diferencia está en el deterioro incontrolable e inédito del país, y en la voluntad de EEUU de contribuir al cambio. Ya no hay retroceso en los 54 países que apoyan a Guaidó, y, por más matriz en contra que traten de crearle, hay que reconocer que él, es el más fresco de los liderazgos que hay hoy en el país. Ni de un lado ni del otro hay alguien, que en este momento, represente la esperanza. Yo diría que no hay que atacarlo, sino que aprovecharlo. Podrá venir de VP, pero ha demostrado tener más amplitud de criterio que cualquier otro dirigente chavista, u opositor.
Del chavismo, espero, en su justa lid, que lo ataque, porque es un adversario; pero de los propios dirigentes opositores, me parece hasta oprobioso, lo que están haciendo.
Aun así, los cambios que vendrán, no serán tan rápidos, y tendremos que pasar por situaciones más difíciles y violentas de las que podemos imaginar. Luego, entonces sí, cuando cada uno reconozca que necesita del otro, podrá pensarse en negociar: ni un minuto antes, ni uno después. Porque el otro camino, es que uno derrote al otro, y eso no quiero ni siquiera imaginarlo, pues sería de resultado incierto y con mucha sangre de por medio. Tal vez Guaidó sea la solución…solo tienen, ambos, que darle un pensamiento.
Económico
Cada vez más, el fantasma del chavismo dogmático está pesando sobre la continuidad de esta liberalidad económica incipiente que estamos viviendo. En cualquier momento podríamos retroceder, cancelar las mesas de cambio, y sacar la Sundde a la calle. Y si hoy nos parecen altos, los precios, a partir de ese momento, habría un disparo de la inflación de los que ya hemos visto en el pasado, y de “precio techo”, pasaríamos a “precio piso”.
La mezcla de sistema de precios con subsidios ha resultado traumática para nuestra economía. Los precios deben tener su propio esquema genuino de formación, mientras el subsidio debe ir para apoyar a aquellas personas que no puedan pagarlos. Cuando se intentó subsidiar a los productos (casi toda la historia del chavismo), lo que se logró fue una corrupción, escasez y desabastecimiento, de tal magnitud, que le quitó el componente monetario a la inflación, y la convirtió en estructural y de oferta. Y esa es nuestra espada de Damocles, pues ante cualquier perturbación que afecte las expectativas, el desabastecimiento reaparecerá y volveremos a empezar la tortura de no conseguir ni productos ni servicios.
En informes anteriores les decía que era necesario un pronunciamiento político que apoyara la continuidad de esta estrategia que está resultado lenta, pero positiva. Por primera vez hay una coherencia entre lo monetario y lo real, con lo cambiario, como bisagra entre esos dos ámbitos. Con sanciones crecientes a la vista, lo razonable es que el sector privado se haga cargo del abastecimiento, y que el estado se ocupe de los subsidios, sin mezclar esos dos mundos.
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